Sor María

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GANDHITLER

agosto 07, 2011

El apocalípsis según las llaves de mi casa. (Y la ironía de una firma atea).




Sólo he salido a comprar tabaco. Hoy, lo juro por Snoopy, no iba pensando en violar a mi vecina en el ascensor, o asesinar a alguien desconocido. Así que no entiendo por que he recibido este castigo divino.

Ha sido al abrir el portal. Las llaves pesaban menos de lo habitual. "Seguro que es por el cambio climático", he pensado, pero no. No. Las llaves no eran las de mi casa. Eran otras. Da igual cuales. Podían ser las llaves del cielo Mahometano, que a mi me hubiera dado igual. NO ERAN LAS LLAVES DE MI CASA. Ese era el problema.

¿Llamar a alguien? Mi iPhone estaba en CASA. No podía ponerlo en Twitter... Mi iPad estaba en CASA!

La calle estaba vacía. Oscura. Es Agosto y son las diez de la noche. Sólo logor ver unos ojillos rojos que desaparecen en cuanto los miro. Oigo ruidos a mi alrededor, Paranormal Activity está jugando conmigo...

De repente caigo en que estoy a merced del resto de los seres vivos de este planeta. Los pocos amigos que tengo están de vacaciones, o son juguetes de Star Wars y Pokemon. Las tarjetas de crédito estan en... CASA! Y tampoco sabría que hacer con ellas. Por que... Da igual lo que haga... estoy sólo... Y... NO ESTOY EN MI CASA!!!!

Me doy cuenta de que llevo seis minutos con las llaves del cielo de los Musulmanes en la mano, mirando la puerta de mi portal. No tengo conexión a internet. Me falta el aire. Si esto es lo que se siente al estar enamorado, bendigo al santo patrón de las descargas porno.

Pienso en los bollitos de "La Pantera Rosa" que me esperan en la cocina para ser cenados. ¿Que hago? Voy a morir de inanición en la calle, como un vulgar trabajador de clase media...

¿Como lo hacía la gente antes de la Evolución? Pienso, luego existo. Los crujidos de esas cosas verdes que se llaman arboles y que no se que denonios pintan en una ciudad (¿Acaso he ido yo a su bosque a hacer un parking? No, ¿Verdad? Entonces ¿Por que vienen ellos a MI CIUDAD?), comienzan a resultarme inquietantes.

He leido los suficientes comic de Batman cómo para saber que debo dirigirme a un lugar poblado. Así que camino hasta la calle Alcalá.

Según la leyenda, en la esquina de mi calle, hace miles de años, había unos seres que se llamaban "Cabinas". Y servían para comunicarse con otros seres humanos.
La leyenda tiene visos de ser real ya que, de algún modo tuvieron que comunicarse los homínidos en la época entre las señales de humo y el Motorola V3.

Efectivamente. La cabina existe. Es una especie de féretro azúl. Sin pantalla de Led ni cmd+c. He deducido que debía depositar la moneda y llamar al teléfono de una pegatina que ponía: "Cerrajero 24h".

Ahora estoy en MI CASA. He desinfectado la puerta con Kh-7, porque el cerrajero desconocía la actual capacidad de los grifos para dar agua y poder limpiarse.
He besado a mi móvil, mi tablet y mi Pc, prometiéndoles que... Jamás, volveré a dejarles solos.

He mojado mis bollos de "La Pantera Rosa" en mostaza y, por fin, me encuentro a salvo de el mundo exterior.


"No sólo no existe Dios, si que no, trata de encontrar un cerrajero barato un domingo".

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Se agradece mas el sexo despiadado con Hale Berry, pero tus comentarios también.
Pero no tanto.