LA MÍA SE LLAMA CRISTINA

Tiene los tobillos muy hinchados porque ha caminado mas en su vida que el abono transportes de Willy Fogg. Y siempre lleva una bata de tono azul con flores pequeñitas, hecha con una tela que ríete tú del endoesqueleto de Lobezno. La ha comprado en el mercadillo de la plaza, los lunes hay mercadillo en todas las plazas de los pueblos de todo el mundo, porque son baratas, y así aprovecha y se toma un chocolate con churros con sus amigas en el Kimpe (Que es un bar de abuelas que hay en Aviles).

Cocina en unas cazuelas de color cobrizo, desconchadas en la base, y no usa el microondas, o la vitro, porque "Eso no fríe nada, eso cuece el aceite, y así, tu me dirás".

Tuvo "La pleura" con 20 años, y por eso camina a pasos cortitos, y necesita mucho tiempo para respirar. ha cosido pantalones ( 5 pesetas los bajos, 12 pesetas un dobladillo), ha criado a sus hijos, les ha dado una educación, ha mantenido a su marido, ha cuidado de su suegra chocha (El Alzheimer es algo mas moderno y super cosmopolita), y, en definitiva, ha pasado mas penurias que Falete en un restaurante macrobiótico.

Ahora debe tener unos 800 años, o así. Sigue levantándose a las 7 de la mañana, a recoger un poco la casa porque "Viene la chica de la limpieza a las 12 y no va a encontrarse todo esto manga por hombro", le prepara el Nescafé con sacarina a su marido y llama a ver si Pascuala sigue bien del aneurisma, o sí el tío Andrés (Que siempre ha sido un machista hijo de la gran puta, pero eso a ella le da igual, porque es su hermano), ha echo los papeles para restaurar la tumba de sus padres.

En verano, parece mentira, se le quita la asfixia pulmonar de "La Pleura", y se le deshinchan los tobillos. Porque: "Mamá, ¿Te importa quedarte a los niños en julio? Que este año andamos justos de viruta y no hay para el campamento". Y la abuela, pues, claro: "A ver hija, tu traelos al pueblo, y ya nos apañamos".

Y durante un mes entero, se lleva a los nietos al mercadillo, y a la playa, y a la piscina, y donde coño haga falta llevarlos.

Y les deja ver la tele hasta las tantas, y salen a la calle a jugar todo el día (Preocupaciones? Esto es un pueblo, no les va a pasar nada, estarán con el Indalecio, dando de comer al ganado), y comen macarrones con chorizo de los que saben tan bien porque ella ha estado en la cocina desde las 10 dándole vueltas al tomate (Como voy a comprar de ese de lata? Los compro de huerta, en el mercadillo de la plaza, los lunes).

Y, en Agosto, cuando los niños ya parecen Orzowey del sol que les ha pegado por andar todo el día "como gitanos" por la calle... El papi viene para llevárselos a Marina D'or, que es un sitio super chachi donde harán amistades imprescindibles para su futuro, y cagaran raquetas de Lacoste.

Y a la abuela, le vuelve a pesar el líquido en los pulmones, y se le vuelven a hinchar las piernas. Y los días vuelven a ser igual que el anterior.

Y se levanta a las 7 para recoger la casa.


Ahora, si sigue viva, quítate esa sonrisa idiota que se te ha quedado en la cara, y llama a tu abuela, para ver cómo está.

Verás como habla sin ahogarse.



"Para que quiero ser real, sí ya soy una leyenda?"