El largo hola.

Holaaaa (...) No, no te saludaba a ti, Paco, es a los aperitivos. Llevan tanto tiempo en esa bandeja que ya los considero de la familia. Me acuerdo que tu padre ya los tenía ahí. En el mismo lugar.
Lo que habrán visto estos aperitivos, muchacho, la república, la dictadura...
En serio, ahora mismo no podría comerme a ninguno de ellos. Sería como devorar a mi gato.
Hay días que me dan ganas de sacarles a dar un paseo, no se, tiene que ser muy aburrido vivir ahí detrás, viendo siempre las mismas caras. ¿No tienen pareja? ¿Ni entre ellos? Pobres. ¿Ves? Ya me has hecho llorar (...) ok, ok, me callo.
Pero no sirvas nunca esos aperitivos. En serio. No sabría que hacer aquí tan solo.

Oído y visto en el bar de Paco.