- Fue increible, Paco, te lo juro. Me miró, yo la miré... Y desgastamos el resto de la tarde jugando, el uno con el otro a través de las pupilas.
- ¿Cuando te diste cuenta de que era oligofrénica?
- Cuando empezaron a llorarme los ojos.
- Muy triste.
- Sep.
Con los dedos de la mano, con los dedos de los píes, con la picha y los cojones. Todos suman, veintitres.
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Se agradecen los comentarios.
Se agradece mas el sexo despiadado con Hale Berry, pero tus comentarios también.
Pero no tanto.